¿Por qué son así o por qué no son de otra manera los edificios? La arquitectura, por su permanencia en el tiempo y en el espacio, tiende a tomarse como cosa realizada, como los cerros o los árboles, de cuya presencia, tan acostumbrados que estamos, nos damos cuenta hasta que han sido modificados o, por azares de tantas circunstancias y factores, incluso desaparecido. Es por ello que los inmuebles tienden a modificarse o a ser usados de una manera pragmática que se va adaptando y, al mismo tiempo, haciendo que estos se ajusten a los nuevos usos.
Para Octavio Paz, la arquitectura era el testigo insobornable de la Historia, y si bien ello aplica a los grandes edificios icónicos en toda civilización, cultura o comunidad, el resto aporta también, con su testimonio, a la construcción de la historia de la comunidad, de la familia y de cada persona que ha estado en contacto con ellos. Las varias maneras de hacer arquitectura tienen, en las diversas maneras de vivirla, un complemento infaltable.
Por ello se esboza una crónica de lo que la ciudad fue y es a través de su paisaje construido, donde el paso del tiempo y de sus múltiples ocupantes, usuarios o espectadores, forman una parte de gran importancia para comprender cómo es que la arquitectura y la ciudad han ido modelándose desde la imaginación de alguien, para luego cobrar forma a través de múltiples manos, además de pulirse o erosionarse al correr de los tiempos.
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